viernes, 28 de noviembre de 2008

SEMINARIO - LES ERES DE GUARDIOLANS, NOV-08



LES ERES DE GUARDIOLANS - NOVIEMBRE 2008
MCD http://thepinkant.blogspot.com/


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EL SECRETO

Ya hace mucho que se me había ocurrido la idea de escribir este libro. En una hermosa tarde de verano expuse mi proyecto a un erudito tibetano que llevaba una vida contemplativa en una casita fijada al flanco rocoso de una montaña. Apenas si me alentó.

"Trabajo perdido, decía, la masa de los lectores y oyentes es idéntica en el mundo entero. No me cabe la menor duda que las gentes de su país se parecen a las que encontré en China y en la India, y aquéllas no difieren en nada de los tibetanos.

"Hábleles de verdades profundas, bostezan, y si se atreven, la dejan sola, pero basta referirles absurdas fábulas, son puro ojos y oídos.
"Quieren que las doctrinas religiosas, filosóficas o sociales que se les predican sean agradables, que concuerden con sus conceptos, que satisfagan sus inclinaciones, en suma, desean reencontrarse en ellas y sentirse aprobadas por ellas".
El Maestro no me enseñaba nada nuevo sobre ese particular. Centenares de veces había oído, en Occidente, a hombres y mujeres que expresaban el deseo de hallar una religión que los satisficiera, o los había visto rechazar una doctrina con estas palabras: "no me satisface ".
¿Y qué era pues aquello que deseaba ser agradablemente acariciado, satisfecho? Era el conjunto de nociones falsas, de inclinaciones irrazonables, de sentimientos de rudimentaria sensualidad que se disfrazan tras la apariencia de un fantoche denominado "Yo". Pensaba entonces en las devotas que se embriagan con el incienso y las conmovedoras sonoridades del órgano en las semi-tinieblas de nuestras catedrales, creyéndose en camino hacia cimas espirituales. Pensaba en todos aquellos, sea cual fuere la fe religiosa o laica a la que pertenecen, que vibran al oír ciertas palabras, ciertas palabras que no son sino vano ruido vacío de realidad.

"De modo general, prosiguió el Maestro, distinguimos tres categorías de individuos: aquellos cuyo intelecto es completamente obtuso; aquellos cuyo intelecto es de calidad media, abierto a la comprensión de algunas verdades particularmente evidentes, y aquellos dotados de un intelecto equipado en forma superior para las percepciones agudas, aptos para penetrar bajo la superficie del mundo de los fenómenos físicos como bajo la de los fenómenos mentales y capaces de aprehender las causas que obran en ellos

"Basta encaminar la atención de estos últimos, basta decirles: 'mire por ese lado, considere esto', y disciernen lo que hay que discernir en donde fijaron la mirada; comprenden qué es verdaderamente la cosa que les fue señalada.
"Las enseñanzas consideradas secretas se pueden proclamar por los caminos reales, seguirán siendo 'secretas' para los individuos de intelecto obtuso que no entenderán los discursos que se les dirigen y no captarán sino el sonido.

"El secreto no depende del Maestro, sino de quien lo escucha. Un maestro no puede ser sino quien abre una puerta: pertenece al discípulo la capacidad de ver lo que está más allá de ella. Existen instructores capaces de discernir el grado de agudeza intelectual de aquellos que solicitan su enseñanza y reservan la exposición detallada de ciertas doctrinas únicamente a aquellos a quienes juzgan capaces de comprenderlas.
Así son comunicadas y se perpetúan las enseñanzas profundas transmitidas oralmente del maestro al estudiante desde hace muchas generaciones. Las ha oído usted. Empléelas según su criterio. Son muy sencillas pero embisten a la manera de un poderoso ariete la muralla de las nociones falsas arraigadas en el espíritu de los hombres y de las emociones que se apoderan de ellos antes de precipitarlos en el dolor...”

FRAGMENTO DE:
LAS ENSEÑANZAS SECRETAS DE LOS BUDDHISTAS TIBETANOS. LA VISTA PENETRANTE. Alexandra David-Neel. Kier, Buenos Aires, 1970.

martes, 25 de noviembre de 2008

“Una fe débil, unida a un intelecto muy desarrollado, nos vuelve propensos a caer en el error, y a convertirnos en simples hacedores de discursos.

Una gran fe unida a un intelecto débil nos vuelve propensos a caer en el error, y a convertirnos en sectarios presos en el sendero estrecho del dogmatismo.

Un gran ardor en una enseñanza correcta nos vuelve propensos a caer en el error y a adoptar puntos de vista extremados y falsos.

La práctica de la meditación, si no está unida al saber, vuelve propenso a caer en el sopor estúpido o en la inconciencia.

No practicar lo que se ha aprendido y reconocido como la mejor enseñanza nos expone a ser vanidosos, a imaginar que poseemos la ciencia infusa y a considerar con desdén todos los conocimientos.

No experimentar una gran piedad (por todos los que sufren), nos expone a caer en el intelectualismo puro, y a buscar, egoístamente, la salvación personal.

No mantener el espíritu en el sendero intelectual expone a caer en el sendero vulgar del mundo.

No sofocar la ambición nos expone a dejarnos guiar por motivos mundanos.

Aquel que experimenta placer en recibir la visita de los que creen en él y lo admiran, se expone a caer en un orgullo mezquino y bajo.

El deseo puede ser confundido con la fe.

Un afecto egoísta puede ser confundido con el amor o la compasión.

Una detención en la actividad cerebral o un estado de inconsciencia pueden ser confundidos con el éxtasis de la esfera de la infinitud del espíritu.

Los fenómenos sensoriales pueden ser tomados por la revelación del Conocimiento.

Los hombres que se entregan a sus pasiones pueden ser tomados por naldjorpas, liberados de todas las leyes convencionales.

Las acciones que tienden a un fin egoísta pueden ser confundidas con manifestaciones de altruismo.

Las prácticas desleales pueden ser tomadas por métodos sabios.

Los charlatanes pueden ser tomados por sabios.”

FRAGMENTO DE:
“INICIACIONES E INICIADOS DEL TIBET”
de ALEXANDRA DAVID-NÉEL