lunes, 3 de junio de 2013

Las sesiones

Poema para nadie en particular

Déjame tocarte con mis palabras,
porque mis manos yacen inútiles como guantes vacíos.

Deja que mis palabrass te acaricien el pelo,
se deslicen por tu espalda
y te hagan cosquillas en el vientre,
porque mis manos, ligeras y volátiles como ladrillos,
hacen caso omiso a mis anhelos, y se niegan tercamente
a hacer realidad mis deseos más íntimos.

Deja que mis palabras entren en tu cabeza
empuñando antorchas,
acéptalas de buen grado en tu ser
para que puedan acariciar suavemente tu interior.




Este es el poema que escribe Mark O’Brien, el personaje en que se basa la película Las sesiones con William H. Macy y una valiente Helen Hunt. Dirigida por Ben Lewin en 2012 narra a través de sus escritos autobiográficos, la vida de un invalido total a causa de la polio. Un hombre que ha vivido la mayor parte de su vida dentro de un pulmón de acero y que está decidido a sus 38 años a perder su virginidad. Con la ayuda de su terapeuta y la orientación de su sacerdote, acomete la empresa de convertir su sueño en realidad

Una lección de alegría y coraje, de superación y determinación, de ternura y respeto. Una aproximación a un mundo que con frecuencia nos parece sórdido o inexistente. Cuando acaba la película sientes emociones varias pero sobretodo valoras mucho más lo que la vida te ha dado.