miércoles, 15 de julio de 2009

Mi ego

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El ego es una herramienta que usamos para defendernos en este mundo.
¿Es bueno? Para mí muy conveniente casi imprescindible para sobrevivir. Pero no, no es bueno. Es una invención para separarnos de los demás y justificar cualquier acto. Primero soy yo.
Cuando nace un bebé, no tiene consciencia del propio cuerpo, no tiene yo. Es parte de todo. Es mérito de nuestra cultura conseguir poco a poco transformar esa visión inocente hasta adaptarla al mundo. En lugar de cambiar el mundo, cambiamos a las personas. El bebé tiene que aprender que él es una parte independiente en el mundo.
Irónicamente, cuando ya lo tiene aprendido y asumido como propio, deberá dedicar grandes esfuerzos a erradicar esa idea de su mente y recuperar el estado en que nació, sabiéndose parte inseparable de un todo.
No quiero confundir pues la necesidad con el derecho. El ego es como el hermano mayor que me saca de todos los atolladeros. Es el Gollum de Smeagol en El Señor de los Anillos reclamando “mi tesorooo”. Es útil para la lucha, atesorar, robar... Para mí, es impuro.
En este mundo hay lobos y corderos, halcones y palomas. Tengo que decidir que quiero ser sabiendo que es muy duro ser paloma o cordero. Los lobos se me comerán y mi ego se revela. Se lo llevarán todo y el ego dirá: “¿y ahora qué?. Déjame a mí y verás como recupero cosas”. Si cedo a él, ya no seré más que un lobo más. Solo eso puede darme el ego: cosas materiales.
Cuando hago una acción, el ego reclama su momento de gloria diciendo: “mira que bueno que eres, cuanto sabes, como ayudas”. En esos momentos intento buscar dentro de mí y averiguar que me ha impulsado a hacer la acción. ¿El afán de gloria, el reconocimiento o la intención de hacer el bien?
El ego es muy sutil y retorcido, por esta razón he incluído antes el fragmento que habla de como nos afecta hasta cuando creemos hacer cosas buenas.
Por eso también, agradezco los elogios que he recibido, pero preferiría no ofrecerle oportunidades a mi ego para que crezca. Es útil pero al mismo tiempo es un enemigo al que mantener a raya. Decidme solo lo que no os guste. Así puedo intentar mejorar.

1 comentario:

Mercedes Thepinkant dijo...

Pues mira, que quieres que te diga, yo seguiré diciéndote lo que me gusta (supongo que también lo que no me gusta) precisamente para que sigas haciendo lo que estás haciendo como lo estas haciendo. El ego también sirve a veces. Para quitarnos la falsa modestia, la timidez o los escrúpulos y para darnos el valor suficiente para hacer lo que debemos hacer, sin pararnos a pensar si es bueno o malo, simplemente HACER lo que uno DEBE HACER.
BSO.